Pocas cosas en la vida tan infravaloradas como las versiones fílmicas de un libro/cómic/novela gráfica. Hay algunas bastante buenas (considerando que los elementos narrativos y estilísticos en el cine son muy diferentes a los de la literatura), hasta algunas bastante malas, donde incluso el autor solicita textualmente que se le excluya de los créditos, por considerarla contraria o desapegada a su obra original ( sin ir más lejos, el caso de Michael Ende, que solicitó no se le relacionara con las películas de The Never Ending Story). Otras, fieles adaptaciones (caso concreto de la trilogía de LOTR), donde, a pesar de la buena recepción tanto de la crítica como del público, el autor o su familia sigue desaprobándola…
Otros ejemplos son The Matrix (adaptación libre de Neuromante) y Blade Runner (de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?)
Un caso que me pareció a mí es el de Seda. Es un libro de una belleza exquisita, como sabrás si lo has leído, en pedacitos, que lo hace bastante accesible, pero que también crea una adicción irrefrenable hasta que (!puta madre!) te das cuenta de que lo vas a terminar. Confiada en que la versión fílmica sería más o menos fiel, me decidí a rentarla. La primera decepción fue el ritmo despiadado; en el libro todo es apacible. Cuando Herve Joncour encuentra en Japón a la chica (cuyos ojos tenían sesgo oriental), le apagué, y dije Basta. Fue peor que una traición, amparada en la apuesta-trampa de ser un a «adaptación fílmica», con un final irremediablemente cursi.
También tenemos el caso de otras, que amparadas bajo el «hype» de otras obras de nombre igual o parecido (caso de Avatar de Cameron o de Thor el dios, no el cómic), se benefician y captan recursos de publicidad gratuita.
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