Cuando oigo/leo a esas personas (como ésta) que se ponen a criticar superficialmente a la cultura islámica basándose en creencias de un grupo fundamentalista (ese penoso incidente del cual ninguna religión* se libra, mucho menos el cristianismo, pero sin hacer una investigación más exhaustiva) y asumirlas como las creencias de TODO el Islam, les sonrío con un poquito de indulgencia, me río para mis adentros, pienso -!Pobrecish@ss! Vivir así…y me vuelvo a reír. La verdad es que me dan un poquito de pena.
La verdad, (Y lo que la mayoría de esa gente ignora) es que el Islam tiene una herencia milenaria en cuanto al arte amatorio). O como dijo el escritor Alberto Ruy Sánchez, » Y como en el Islam clásico (no en el fundamentalista pero sí en el andalusí que nos toca) se llega a Dios a través del sexo». Efectivamente, en la casa de mis parientes de Hualtuco (sí, mi tío, el que es profesor en la Ibero), encontré un libro singularsísimo, que sólo leer la portada robó mi atención : Un Kama Sutra Español.
Cuál no sería mi sorpresa, al adentrarme en ese bello libro sin precedentes, con el rugido del mar de fondo, cuyo autor (un morisco, !ay! desgraciadamente anónimo, expulsado a Túnez), compuso el más extraordinario tratado erotológico de las Letras del Siglo de Oro Español, y quizá, de la cultura europea de su tiempo, cuya premisa es la que comentaba Ruy Sánchez : El placer sexual, anticipo del Paraíso, nos conduce a Dios.Ni siquiera hemos oido en Occidente el equiparar al acto amoroso a la contemplación divina.
No obstante, al adentrarme más y más en la lectura del libro, comprendí que tal vez el título es un poco injusto, porque ese manual de amor, atribuido el más celebrado junto a El Jardín Perfumado y el Ananga Aranga, describe posiciones, métodos, características de la pareja; No obstante, el presente libro, lejos de ser sólo eso, es una exaltación del amor sexual, y cómo puede conducir a una Revelación. En suma, un Ars Amandi, del cual me permito citar un delicioso extracto :
«El varón no debe exagerar sus copulaciones hasta el punto en que la esposa se fatigue, ni reducirlas hasta que se perjudique. Ella tiene derecho dos veces cada viernes, y es bueno para la salud de él, si tiene uncarácter equilibrado[…] El marido no debe complacer a la esposa en lo porhibido, pero tampoco debe negarle lo lícito, no la tiene que ahcer desesperar en sus peticiones, así como tampoco debe satisfacerlas todas precipitadamente; Debe hablarle a la esposa con bondad…»
El manuscrito original, del cual este fragmento es la trasliteración, se encuentra anexo en bellísima caligrafía aljamiada
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