El Albur Femenino o Entre Melón y Melames

Tod@s, como buen@s mexican@s, sabemos o de perdida conocemos ese fino, sabroso arte que es el albur, (¿me agarras la onda?), es decir, esos juegos de palabras, donde  al menos una tiena un  doble sentido, casi siempre de connotación sexual. Acá en México,  es casi un deporte nacional,  donde se pretende ofender a alguien: quien dice la  frase o palabra que tenga un doble sentido «alburea» y el otro resulta «albureado» u ofendido; si se responde al albur con otro doble sentido, entonces se considera que quien dijo el albur inicial es el albureado.

Esta esgrima verbal, que se ha practicado milenariamente,  siendo su antecesor un juego de palabras náhuatl de sugerencia sexual, los «cantos de cosquilleo», se lleva a cabo certámenes donde los competidores (hasta hace poco, solamente hombres) .Y siempre se ha desarrollado entre hombres por una doble moral; la mujer que se presenta a estas justas verbales se deshonra a  sí misma; más bien es reciente la incursión de las féminas, como el caso de Lourdes Ruiz. En cambio, los hombres juegan entre ellos en abierto y socialmente aceptado homosexualismo, disputándose el rol activo (literal y metafórico)

Un ejemplo de un albur muy simple e inocuo es el «albur estudiantil», que se oye en cualquier primaria, el clásico tipo «¿Qué milanesas que ya no te bisteces, yo pensé que ya morongas». En este caso, en lugar de decir «milagro», digo milanesas, ya no te he visto, suena como  «bisteces» y ya morongas, pues más obvio no puede ser.

Las justas verbales, más elaboradas y con otro nivel metafórico, sería como esta:

-Préstame a tu hermana
-La macana
-te la resumo atrás tiempo..
-No te preocupes que te la saco a tiempo
-Me vas a sacar pero blanco
-Zacatecas está muy lejos y a Taxco nadie me gana
-No soy de Taxco, soy de Tula, como quien dice tuleño…
-A caricias no me llevo…
-¿cómo que me muerdes un huevo?

etc..

Otra forma sería los celebérrimos y muy sencillos,  Melón y Melames, esos dos amigos que deciden hacer algo juntos, y al segundo invariablemente le toca bailar con la más fea. Pueden o no tener métrica y rima, pero la palabra final siempre tiene una connotación sexual, refiriéndose al miembro viril:

Entre Melón y Melames
fundaron una orquesta
Melón tocaba el trombón
y Melames la corneta

Y así, tendríamos una pléyade de versículos (presten atención) donde Melames terminaría, pues efectivamente lamiendo; los huevos, las pelotas, la pistola, la pelona, la macana, el monstruo, la riata, el cíclope, el paquete, el gonzo, el cheto, y un amplio y nutrido etcétera.

Pero muy pocas veces nos encontramos composiciones que se refieran a la vulva; porque el albur está pensado de hombres para hombres.

Por eso propongo este sencillo, divertido ejercicio de creación. Pensemos en eufemismos para la vagina, que aludan exclusivamente a él (la papaya, la raja, el camote, el chango, el burrito, el oso,  la concha, el mole, la pepa, el chocho, el hachazo, el pay de pelos, la cuca, etc.)

Las cinco primeras son de mi autoría; publicaremos las más ocurrentes e ingeniosas:

Entre Melón y Melames
hicieron una ensalada,
Melón trajo las verduras
y Melames la papaya.

Entre Melón y Melames
hicieron una escamocha
Melón trajo las frutas
y Melames la panocha

Entre Melón y Melames
fueron al Jarocho
Melón pidio volovanes
y Melames el bizcocho

Entre Melón y Melames
hicieron un caballito
Melón trajo los tequilas
Y Melames la sangrita

Entre Melón y Melames
mataron a un oso
Melón se comió la piel
Y Melames todo el oso