Romance del Enamorado y la Muerte


Un sueño soñaba anoche soñito del alma mía,

soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca, muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas, ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante: la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día!
—Un día no puede ser, una hora tienes de vida.

mort

Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía;
ya se va para la calle, en donde su amor vivía.

—¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña!
—¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare, mis trenzas añadiría.

La fina seda se rompe; la muerte que allí venía:
—Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.

Monólogo de La Muerte


Señoras y señores:

No quisiera que por ningún motivo se me malinterpretara. Si he aceptado hablar en estas páginas, esto no significa que haya decidido adelantar la cita que tengo prevista con cada uno de ustedes y, tampoco que las aclaraciones que en seguida haré deban tomarse como una prueba de deferencia que los hará merecedores de un trato especial a la hora de la hora. Desechen cualquier esperanza: no somos amigos. Estoy en estas hojas por curiosidad, vine aquí para mirarlos en una circunstancia distinta de aquellas en las que normalmente me les aparezco: estoy cansada de los rostros convulsionados por el dolor, de los cuerpos que temblequean por la enfermedad o por los años; cansada de esas expresiones de pánico que afloran cuando se me siente llegar.

Sí, como ya lo habrán comprendido, soy la Muerte. La misma que en el 85 descubrieron al remover toneladas de escombros, la que estaba allí bajo los montones de miseria y tabiques dándose un gran banquete; la misma que desocupa todos los cuartos de los hospitales para que la avalancha de agonizantes no se congestione en los pasillos y cada infeliz pueda tener una cama desde la cual saltar a mis brazos. Soy la Muerte, esa que derriba al avión, la que atasca los pulmones al ahogado, la que revienta los sesos con el tiro de gracia, la que igual barre con con los viejos secos de un asilo que arrasa con las tiernas esperanzas de una maternidad, la que nunca se va en blanco, la que separa a los amantes, dispersa las reuniones e introduce ese tufillo de carne descompuesta en los velatorios. Soy la incansable: quien troncha a miles de personas por minuto, quien mantiene ese rumor estereofónico procedente de todos los paises del orbe, ese cacareo ronco que se escucha a todo lo largo, ancho y hondo de ese inmenso corral planetario, donde sólo rige mi ley. Mi arbitraria, soberana e inviolable ley insobornable del aquí te mueres, del aquí te quedas, del aquí no pasas, del aquí te acabas.

Soy la Muerte: quien les arrebató a su madre, a su padre, a su esposo, a la abuela loca, a la tía soltera, al hermano mayor, al amigo de la infancia, a su cantante favorito. ¿Qué pasó con aquella mujer que vendía los periodicos, qué sucedió al desconocido que las llantas del automóvil embarraron en el asfalto, qué a los pescadores que perdieron el rumbo y en lugar de remar hacia la playa remaron hacia adentro…? Yo los tengo, a todos los desaparecidos yo los tengo. Soy la que ya conocen: por mí han llorado, se les ha secado la garganta, enrojecido la cara e irritado los ojos; por mí han moqueado y berreado y han pedido perdón juntando las manos y alzando los brazos. Soy la de siempre, la que habrá de cargar con ustedes y con sus hijos, y con los hijos de sus hijos hasta que al final no quede nada: ni un último vástago, ni un borroso recuerdo.

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La Leyenda de la Llorona


Son muchas las leyendas que rodean a la misteriosa y bella mujer que desde hace cientos de años aterroriza los poblachos lejanos y apartados, semejante a la Bean Nighe del folklore celta.

Algunos eruditos, aseveran incluso que no se trata de otra sino de la diosa Tonantzin, en ocasiones de Cihuacóatl, patrona de las cihuateteo (espíritus de las mujeres muertas al dar a luz, equivalente tropical de las banshee celtas) que llora los futuros padecimientos de sus hijos, el pueblo azteca; como Artemio del Valle Arizpe , o Miguel León Portilla en su  Visión de lo Vencidos, en el capítulo Presagios de la venida de los españoles:

El sexto prodigio y señal fue que muchas veces y muchas noches se  oía una voz de mujer que a grandes voces lloraba y decía, anegándose  con mucho llanto y grandes  sollozos y suspiros ¡Oh hijos míos! del todo ya nos vamos a perder… Y otras veces decía ¡Oh hijos míos! ¿A dónde os podré llevar y esconder?»

Otra leyenda, más moralista y que claramente lleva el peso de la conquista, asegura que se trata del mismísimo alma de la Malinche, arrepentida por ayudar en la conquista de México, lo cual es inverosímil, ya que, en ese tiempo México no era  una nación aún.

 

Francisca y La Muerte


Texto: Onelio Jorge Cardoso*

Ilustración: Gerardo Cantú

—Santos y buenos días —dijo la muerte, y ninguno de los presentes la pudo reconocer.
¡Claro!, venía la parca con su trenza retorcida bajo el sombrero y su mano amarilla en el bolsillo.

—Si no molesto —dijo—, quisiera saber dónde vive la señora Francisca.
—Pues mire —le respondieron, y asomándose a la puerta, un hombre señaló con su dedo rudo de labrador:

Allá por los matorrales que bate el viento, ¿ve? hay un camino que sube la colina. Arriba hallará la casa.
«Cumplida está» pensó la muerte, y dando las gracias echó a andar por el camino aquella mañana que, precisamente, había pocas nubes en el cielo y todo el azul resplandecía de luz.

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Fallece el Caníbal de Playa del Carmen


En este blog hemos comentado en ocasiones anteriores esa milenaria y sabrosa tradición tan mexicana que es  el canibalismo, desde los tiempos en que los aztecas organizaban tremendas comilonas, hasta que los españoles los convencieron de hacer el pozole con carne de cerdo en lugar de cristiano, ya que, aparte de evitar guerras floridas, el sabor era casi el mismo.
He leido atentamente la nota, y aunque en tiempos recientes no han faltado quien haga el honor a tan rancia tradición, vale la pena leerlo.Publicado originalmente en Ensinembargo* (cursivas mías)
Ciudad de México, 14 de sep – En diciembre del 2004 fue encontrado el cuerpo de hombre que había sido devorado por su compañero sentimental por una deuda no saldada y que serviría para comprar solvente para drogarse. Gumaro de Dios Arias, alias “El caníbal” de Playa del Carmen, murió de SIDA el día de ayer.
Pasó sus últimos días en el Centro de Readaptación Social de Chetumal. A los 7 años lo violó su tío. A los 18 entró al Ejército, probó drogas, apuñaló a un teniente y desertó. Violó a un sobrino, atacó a una monja y mató a un hombre a machetazos. Luego se comió a su amante. Una complicación pulmonar ocasionada por su enfermedad inmunológica le quitó la vida a este caníbal, quien de no ser reclamado será enviado a la fosa común.
Su historia, digna de un thriller de Hollywood, ha sido publicada en algunos libros, reportajes especiales en varios países y en cortometrajes de cine y televisión. La víctima, de nombre Raúl González “El Guacho”, fue asesinada luego de la discusión, según la descripción de “El Caníbal”. Él mismo lo ató de los pies con una soga y lo colgó como si fuera una res en una palapa en Playa del Carmen, Quintana Roo, cerca de Mayakobá. Luego descuartizó el cuerpo para preparar un caldo con las vísceras.
En una parrilla asó el corazón, algunas costillas y un riñón, y cortó en filetes el muslo izquierdo, que cocinó con una salsa de chiles verdes, cebolla y tomate.“Sabían como a barbacoa”, ha narrado en múltiples entrevistas Gumaro de Dios Arias.

Entierro Celestial


En las rocosas alturas del Tibet, donde el pedregal impide las ceremonias de un ceremonial en tierra,  la escasez de madera y combustible se hace inviable, y donde las condiciones de presión atmosférica hacen más difícil el arder de un cuerpo, tiene  lugar el Jahtor o «dar alma a las aves», en otras palabras, el Entierro Celestial o  disección ritual, por lo tanto, el entierro en el cielo es simplemente para desaparecer los restos.

De acuerdo a las enseñanzas budistas, que predican un renacimiento, asentadas en el Libro de los Muertos (Bardo Thodol), no hay necesidad de preservar el cuerpo, como lo es ahora en un recipiente vacío.  Por lo tanto, el cuerpo, al que se le practican incisiones en lugares estratégicos, es colocado en las montañas, de preferencia  a la exposición a los elementos (Mahabhuta) y  las aves rapaces.

A diferencia del entierro occidental, Jhator se considera un acto de generosidad por parte de los fallecidos, ya que el fallecido y su / sus familiares supervivientes son el suministro de alimentos para sostener los seres vivos. La generosidad y la compasión por todos los seres es una importante  virtud en el budismo.

Un Jathor Común
Antes del procedimiento, los monjes cantan los mantras y quemarnincienso de enebro y llevarlo a las altas montañas.  Los parientes pueden ver el cuerpo minutos antes de que inicie la ceremonia. El desmontaje se lleva  a cabo por un rogyapas, ya que a los monjes no se les permite tocar cuerpos muertos.

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Leyendas de Emparedados


No crea el inocente lector que con ésto nos referimos a leyendas de bocadillos entre dos panes. No, con emparedados nos referiremos a las personas que, vivas o muertas, fueron puestas en los muros de una construcción, que, como ustedes saben, era una tortura muy célebre en aquellos tiempos, sobre todo para personas a quien por su condición, no se castigaba con el mayor peso de la ley, como el caso  de la nobleza (Condesa Érzebet Báthory), o para monjas a quienes la cigüeña delató gachamente. (Y cuyos restos se han encontrado en excavaciones a antiguos templos)

Aunque esto pueda remitirnos a leyendas coloniales, es parte de la cultura popular mexicana  y a sus «leyendas urbanas»; que es de conocimiento de cualquier constructor, para que su construcción sea firme, resistente a temblores y otros siniestros,  y para que dure muchos años, el dejar un cuerpo (de un albañil, por ejemplo u otra persona) emparedado en ella y así entregar esta alma a Satanás.

Por muy pueril que suene la leyenda, es muy conocida y difundida en la Ciudad, arguyendo que éste o quél (edificios públicos demasiado conocidos como para poner su nombre), tuvieron por mortero cuerpos humanos.

También, por esto, explican quienes sostienen esta teoría, es común que en estos inmuebles se vean fenómenos como apariciones y poltergeist (es decir, ruidos inexplicables, movimiento de objetos inanimados, materialización, olores extraños y ataques físicos, etcétera)

 

 

Arriety


Adaptación del cuento infantil «The Borrowers», escrito por Mary Norton, ambientado en el Tokio contemporáneo. La historia original narra la historia de una “gente pequeña” de alrededor 10 centímetros de estatura, que viven debajo del suelo de una casa inglesa en el campo. Junto con sus padres, Pod y Homily viven en el anonimato tomando cosas “prestadas” de los humanos, hasta que sondescubiertos por un chico humano.
La novela original de 1952 es ganadora del premio Carnegie Medal al año siguiente y seleccionada en 2007 como una de las novelas infantiles/juveniles más importantes de los últimos 70 años.

La más reciente joya de Studi Ghibli,  trata de la historia de la minpuscula Arriety, una jovencita de 10 cms de estatura que vive debajo de una mansión con sus padres. Se dedica a «tomar prestadas» cosas que toma de la casa, y que necesita su familia para sobrevivir, a causa de su muy reducido tamaño, no necesitan gran cosa para sobrevivir.

No obstante, un  chico va a vivir a la casa unos días como reposo, y es ahí donde nota a la chica. Poco a poco, y sin que ninguno de los dos se percate, empezará una red de circunstancias que los irá relacionando uno con el otro.

Aunque la última entrega de Studio Ghibli no cuenta con  la participación de Hayao Miyazaki como director (siendo dirigida por Hiromasa Yonebayashi, quien también colaboró en  Ponyoy ocupó un lugar privilegiado en el corto  exclusivo del Museo Ghibli ‘Mei to Konekobasu’ (Mei y el Neko-bus), una auténtica maravilla.

Arriety es un deleite para la mirada y un remanso para el espíritu. Muchos fans de Miyazaki encontrarán  los grandes temas de Miyazaki, como la familia, la pertenencia, el amor a la naturaleza, la adolescencia, y guiños a  peliculas anteriores, como Spirited Away, Howl’s Moving Castle e incluso más anteriores, como Mononoke Hime y Totoro.

RSLG: Cualquiera de las arriba mencionadas