Uno de los rituales más famosos en México es el altar de Muertos u Ofrenda, que ya se celebraba desde tiempos inmemoriales, anteriores a la llegada de los gachupines, recordando la cosmovisión mesoamericana de la vida que trasciende a la muerte.
Sin embargo, ha ido perdiendo fuerza con la adopción de la costumbre yanki del Halloween.
El altar más tradicional puede tener dos o tres niveles, pero los hay de hasta siete. El copal es una resina de característico olor, ideal para limpiar ambientes e impurezas y en otros rituales, por ejemplo, para llamar a las lluvias.
El arco hecho de carrizo, palmilla o cempasúchil, se cuelga en la puerta, simbolizan ser la puerta al Mictlano mundo de los muertos.
Los aztecas utilizaban el papel amate,, pero ahora se utiliza papel picado en colores muy vistosos.
También están presentes los elementos, el fuego en las veladoras, el agua en el vaso para calmar la sed de los viajeros, la cruz de la tierra. El retrato de las personas recordadas y sus objetos personales son también imprescindibles, juguetes en caso de ser difuntos niños. Calaveras con los nombres, de azúcar , de chocolate y hasta de amaranto.
La comida, al gusto y sazón de los difuntos, bebidas alcohólicas y elementos religiosos como cruces, rosarios y estampas, y la estatua de un perro xolozcuintle, que ayuda a cruzar a las almas el río Itzcuintlan.