Estoy acostada en tu cama pensando que eres un niñote: anime al por mayor en las estanterías, consolas de última generación con los juegos de moda, la cama llena de peluches de Cowco y un crucifijo en la cabecera, por todos lados muñequitas de Final Fantasy o de chicas de proporciones imposibles que blanden espadas y otras armas. No dejo de pensar que son bastante fálicas. Hace calor, ¿qué horas serán?
En eso entras tú, bello y desnudo. Entras con la belleza de tu desnudez, con toda tu desnuda belleza y tu prominente animal colgando, y echando los sesos por la cabeza. ¿Todo bien? Te pregunto, mientras te acurrucas entre mis pechos. Siento tu aliento, tu barba me hace cosquillas. Mi niñote. Estos peluches -dices tú- han visto demasiadas cosas el día de hoy. Espero que no se hayan quedado sordos, te contesto. Empiezas a besar mis muslos abiertos, acaricias mis pezones con dulces violencias; alguien quiere revancha.
-No, mejor no, espérate. Qué tal si llega tu mamá- te digo yo, más para convencerme a mí que a ti…
-Ya te dije que no pasa nada . . .
Tengo miedo, ese miedo-exitación bajo el cual es una delicia hacerlo con el temor de ser descubiertos, pero tal vez por ello mismo, dejo proseguir. Entonces siento algo duro y suave, jugando entre mis labios vaginales, está humedo, ahora dentro de mí, es tu lengua, que no deja de probarme, de lamerme, de penetrarme, quiero oponerme pero me rindo fácilmente en el placer que nace y no acaba de nacer. Vaya que sabes lo que haces porque en un momento, lo tomas entre tus dedos y me dices: Estás muy erecta el dia de hoy. Te digo: Acuéstate, quiero mamártela.
Tu pene tiene el olor de tu semen amarillo blancuzco; sabe dulce, sabe amargo, sabe a almendras amargas . Se resbala entre mis labios, lo pesco entre los dientes sin hacerle daño, lo pruebo, le meto la lengua, lo siento engrosarse, lo siento crecer, lo lamo por todas partes, lo siento resbalar hasta mi garganta. Tú pareces disfrutar, tu respiración se agita, mueves tu pelvis, me sujetas de los cabellos. Cabrón, te dije que quiero mamártela, no «fóllate mi boca», te digo, y mientras ríes, sin que lo notes, me llevo a la boca una tableta y te la empiezo a comer toda: Voy a hacerte una mamada ejemplar.
Te das cuenta demasiado tarde cuando preguntas :¿Qué estás comiendo? Mjhmjhmjh recibes por respuesta ¿qué tienes en la boca? Insistes. Saco la lengua y te lo muestro . Si te molesta, me lo quito. No, por favor, continúa, continúa lo que estabas haciendo, y entonces me giro sobre tí para que estés a la altura de las circunstancias; elevando la cadera para que veas la redondez de mis nalgas, pero no tan bajo como para que las puedas alcanzar. Siento tu verga tensarse, como un acto reflejo antes de venirte entre mis labios, entonces me giro y comienzo a cabalgarte sin prisas. Ya no aguantaré mucho más antes de bañarte con mis jugos. Al rato vendrá tu mamá y pondremos la mesa y platicaremos y comeremos como dos noviecitos todos serios de manita sudada… ¿qué pensarían de saber que le hago mamadas ejemplares a su niñote ?
UUFFF, excitante, gracias
pufffff creo que hoy llegare a decirle a mi novia que compre unas hallsssss de varios sabores XD